CARLOS NAPOLEON DEL CARPIO
La Ley de
Causas y Efectos
O Karma
Parte Nº 2
Cortesía:
R:.H:. Carlos Napoleón del Carpio Palacios
Las
Personas Que Critican
Desafortunadamente
cierta gente usaría esa situación en su propio beneficio, esto es ridiculizaría
otra menos afortunada a fin de establecer una falsa confianza en su propia
dignidad. Irónicamente, esta gente está presta a señalar en los demás lo que
parecen ser faltas y actos de egoísmo. “¡Qué bien educado es Usted, cuántos
esfuerzos hace para lograr el éxito, y tendrá más éxito siempre y cuando me dé
dinero para que yo pueda alimentar a los hambrientos!” En verdad, ¿Son nuestros intentos para ser
mejores simples actos egoístas? ¿No crea a caso el proceso de egolatría y de
auto-perfeccionamiento un medio que permite la oportunidad de servir en forma
más efectiva? Si una persona asume tal actitud. ¿No se convierte el acto
aparentemente egoísta en un acto desinteresado? Quizás no damos conscientemente
en una forma que otros esperan de nosotros, pero tal vez nuestra sabiduría
trasciende la comprensión normal de los demás. De ser así, ¿No se convierte el acto aparentemente
egoísta en un acto altruista? Aún más, ¿Es realmente la sabiduría que hemos
adquirido la que nos hace actuar de la manera como lo hacemos?
¿Cómo
podemos servir verdaderamente?
Así pues,
¿Cómo podemos servir verdaderamente? ¿Quién es realidad el que sirve? ¿Es el
hecho de servir un acto beneficioso? O, ¿Es algo más? Quizás el tercer ejemplo
que consideramos acerca del Karma, es decir, el de la neutralidad, nos
proporciones una respuesta. El Karma es simplemente la Ley de Causa y Efectos.
No es ni bueno ni malo, sino simplemente neutral. Es solamente una situación
creada por un acto realizado por una o por varias personas. Si pensamos en el
Karma desde este punto de vista, quizás descubrimos que los actos considerados
de una manera puramente física, son en realidad resultantes de los motivos y
las actitudes de los actos verdaderos. Las razones del por que damos o hacemos
algo crearán y formarán nuestro verdadero estado de cosas, que no podrá medirse
en el estado físico de nuestro ser ni de nuestro ambiente. No podrá medirse por
el grado de nuestra maestría ni nuestros logros, sino por nuestra espiritualidad.
La espiritualidad no se determina por la apariencia, por el ambiente ni los
logros. Simplemente, no conoce nada que no sea sí misma, por que es todo lo que
en verdad existe. Es cierto que existen leyes físicas de Causa y Efecto a las
que podemos llamar también Karma, pero la verdadera esencia del Karma
trasciende todo eso. Con una actitud apropiada y un motivo desarrollado
internamente, encontraremos que el Karma regresa a aquello que esta dentro, y
entonces podemos darnos cuenta que todos nosotros y todas las cosas son
perfectas.
Repetimos
¿Cómo podemos servir verdaderamente? En cierto sentido, el servicio relacionado
con la moralidad, al igual que las nociones del bien y del mal están
relacionadas con el bienestar de la sociedad. En tal sentido, podemos prestar
un verdadero servicio y realizar actos de servicio. Los actos de servicio
pueden ser sinceros o hipócritas, cuyos resultados en ambos casos pueden ser
buenos o malos, perjudiciales o beneficiosos, dependiendo de las variantes de
propósito, motivo y actitud. El verdadero servicio, pues, consiste en esas
variantes de propósito, motivo o actitud, que son la fuente y la esencia de los
actos. Para servir de verdad, para entender la verdad que es el Karma, debemos
concentrar nuestros esfuerzos en la espiritualidad interna, y aplicar la
sabiduría que adquirimos de manera que podamos manifestarla como base de
cualquier acto que decidamos realizar.
Podemos ser
un verdadero servidor armonizándonos con esa esencia y manifestándola
simplemente en nuestro ser por que, en realidad, lo que necesita el mundo
moderno es conocimiento y comprensión.
Continúa…..
Consideraciones sobre la reencarnación y el Karma….
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