GRAN BIBLIOTECA MASONICA: ¿DONDE ESTÁN LOS HIJOS DE CAÍN?

En las diferentes oportunidades, en que se trata el tema de la Leyenda Masónica de Hiram Abiff, personaje extraído de la Biblia, surgen opiniones muy interesantes sobre ella, su simbología y las enseñanzas que de ella surge. Esto lleva a temas que están vinculados dentro de la biblia, a la genealogía de Hiram Abiff, Tubal-caín, Caín y sus padres.

Tratando estos temas, es inevitable hablar sobre la creación, aparición o evolución del hombre, y como es natural surgen diferentes puntos de vista que enriquecen aspectos que con poca frecuencia se puede tratar en forma aislada, por el temor fundado de dejar inconcluso la materia en cuestión.

Hiram Abiff, personaje vinculado con la construcción del Templo del rey Salomón biblico, permite a partir de ella que surgan otros temas, que estan ligados con los anteriores mencionados, siendo preferente tratarlo en un momento distinto, para aprovechar mejor la simbología y enseñanzas que de ella se desprenden. Por esta razón es sugerible que se busque la más amplia información para disfrutar mejor, la gama de temas y enseñanzas, que de ella se desprende para los masones.

Es materia del presente librocomentar la biblia, el Tanaj, Corán, tablillas sumerias y otros documentos en forma ligera, desde la creación del mundo hasta momentos previos a la construcción del Templo de salomón, evitando en lo posible trastocar o tergiversar, asuntos de fe religiosa, que no es de nuestro interés, ni por asomo. Quisiéramos ser, lo más racional posible para que cada quien forme y saque sus propias conclusiones.

La lectura de la Biblia, el Corán y el Tanaj, ha sido por muchas generaciones, un asunto incustionable de fe religiosa, todo lo que allí se dice era verdad absoluta. Hay de aquel que lo cuestione, podía perder la vida, caer en desgracia dentro de la sociedad, ser apartado por hereje y darle otros tantos castigos, con atrocidades que la historia de la humanidad recuerda y que debemos desterrarla para nunca más cometerla.

Se hicieron grandes guerras, en nombre de la fe y hasta hoy se siguen realizando, entre humanos con dioses de distinto nombre, cuya única controversia es: Tener un dios propio.

La intolerancia y los fundamentalismos religiosos en el pasado como en el presente se manifestaron, variando su intensidad, en función a los medios que disponen. Desde que llegue al mundo, no recuerdo un solo día en que los hombres realmente hayan convivido en paz. En algún lugar del mundo el hombre mata, aniquila o hiere a quien tiene una forma diferente de expresar su fe.

Por otra parte, siempre hubo hombres y organizaciones que intentaron evitar las guerras y la perdida inútil de vidas, que proponen y practican la tolerancia, que los “avatares”, de las diferentes religiones del mundo lo pregonaron a lo largo de la historia de la humanidad, con los resultados que todos conocemos.

Una de esas organizaciones, es la masonería, escuela iniciática que practica la tolerancia religiosa y política. Evita las discusiones de temas religiosos y políticos en su seno, pero permite la exposición de todo el pensamiento humano, para que cada uno pueda tomar lo que considere pertinente y a la vez respeta las ideas que no comparte. Eso es la magia del método masónico, que exitosamente ha permitido en todo momento tener en sus logias la paz que busca el hombre libre, para encausar sus energías en la solución de los retos de la sociedad.

Por eso sorprende a iniciados y profanos, enterarse que hombres y mujeres de las más diversas opiniones, algunas consideradas irreconciliables, pueden tratar en armonía temas que los unen y generar puentes de entendimiento en la sociedad. ¿Por qué los masones lo pueden hacer y los otros no? Porque ellos conocen la luz, que los libra de las cadenas de la intolerancia y de la ignorancia, y esta respuesta, siempre esta al alcance de todos.

Quienes los atacan a los masones, curiosamente son los intolerantes religiosos, los fundamentalistas que cada religión tiene, aquellos cuya formación intelectual es deficiente y los hace esclavos de las pasiones humanas. Estos pues, no tiene mejor argumentos que llamar a los masones: hijos de satanás, lucifer o del diablo, y en el pasado por este estigma, persiguieron a muchos hombres libres, sin embargo los masones a cubierto no se detuvieron, y continuaron construyendo nuestra sociedad. Esos son los masones, que generan silencioso respeto en todas las sociedades, cuando se enteran que figuras destacadas son masones.

En el pasado como ahora, la masonería apertura sus templos, a todos los hombres y mujeres, que buscan ser mejores humanos y que el conocimiento acumulado a través de los siglos, llegue a todos como una luz, que puede ser difundida, emitiéndola o reflejándola, generando espacio para una sana oportunidad de evolucionar.

No hay ciencia ni conocimiento que no pueda ser entendida, solo se requiere de la oportunidad. El hombre puede cambiar y adaptarse a fines más altruistas, que a sus fines egoístas. El hombre es siempre el autor de si mismo, y esto marca la esperanza y las perspectivas de la evolución: “sabemos lo que somos, no sabemos lo que podríamos ser”.

Asi, desde tiempos inmemoriales, los masones han luchado por desterrar la intolerancia, con relativo éxito, buscando la luz de la verdad y expresando su opinión en diversos temas de la ciencia y asuntos de nuestra sociedad, con el único deseo de contribuir, a superar nuestras dificultades humanas. Sin embargo debemos admitir que en algunos temas nuestro aporte es insuficiente, y eso es quizá el aliciente, para remozar nuestro esfuerzo para acometer con renovada fuerza, junto a todos los hombres y las mujeres de nuestra sociedad. No olvidemos que no hay esfuerzo grande ni pequeño, lo que importa, es el resultado de ello.